Pollo se para con la moto delante del edificio donde vive Vanessa. Ash baja de ella y se dirige hacia el portero.
—¿Ha llegado ya Vanessa?
A Fiore, medio dormido, le cuesta un poco reconocerla.
—Ah, hola, Ash. No. La he visto salir con la Vespa pero todavía no ha vuelto.
Ash regresa junto a Pollo.
—Nada que hacer.
—No te preocupes, si está con Zac está en buenas manos. Verás cómo llega dentro de nada. ¿Quieres que te haga compañía?
—No, voy arriba. A lo mejor tiene algún problema y llama a casa. Es mejor que haya alguien para responder al teléfono. —Pollo enciende la moto—. El que primero se entere de algo llama al otro.
Ash lo besa y se aleja corriendo. Pasa bajo la barrera y sube por la cuesta que hay antes de llegar al edificio. A mitad camino se vuelve. Pollo la saluda. Ash le manda un beso con la mano, antes de desaparecer por la izquierda en las escaleras. Pollo mete la primera y se aleja. Ash levanta la alfombrilla. Las llaves están ahí, como había acordado. Le cuesta un poco encontrar la del portal. Desde el pasillo le llega una voz. Es Stella. Está hablando por teléfono.
—Stella, ¿dónde están tus padres?
—Ash, ¿qué haces aquí?
—Contesta, ¿dónde están?
—Han salido.
—¡Bien! Cuelga, deprisa. Tienes que dejar libre el teléfono.
—Pero estoy hablando con Andrea. ¿Dónde está Vanessa? Fue a buscarte.
—Precisamente por eso tienes que colgar. Puede que llame. La última vez que la vi estaba detrás, sobre la moto de Zac, y los perseguían la policía municipal.
—¡No!
—¡Sí!
—Mi hermana es una tía grande.
El polvo ha ido desapareciendo lentamente. Nubes bajas y grises flotan en lo alto, en el cielo sin luna. Alrededor hay un gran silencio. Ni siquiera una luz. Solo un pequeño farol a lo lejos colgado de la pared de una casa. Vanessa se aparta del muro. Le impresiona el fuerte olor del abono que han echado en los campos. Una leve brisa mueve las copas de los árboles. Se siente sola y perdida. Esta vez es verdad. Tiene miedo. A su derecha, remoto, se oye un relincho de caballos. Establos perdidos en medio de campos sumidos en la oscuridad. Se dirige hacia el pequeño farol. Camina lenta, a ras del muro, con la mano apoyada en la valla, atenta a dónde mete el pie, entre matojos de hierba alta y silvestre. ¿Habrá víboras? Un viejo recuerdo del libro de ciencias la tranquiliza. Las víboras no salen de noche. Pero los ratones sí. Debe de haber muchos a su alrededor. Los ratones muerden. Leyendas urbanas. Se acuerda de alguien, amigo de otro, que fue mordido por un ratón. Murió al poco tiempo. Lepto no sé qué. Terrible. Condenada Ash. Inesperadamente, un ruido a su izquierda. Vanessa se detiene. Silencio. Luego una rama se quiebra. De repente, algo se dirige veloz hacia ella, corriendo, jadeando entre los arbustos. Vanessa está como aterrorizada. De la mancha oscura que hay frente a ella aparece gruñendo un enorme perro de pelo oscuro. Vanessa ve cómo su perfil se precipita hacia ella, ladrando en la noche. Vanessa se da la vuelta y echa a correr. Casi resbala sobre los adoquines. Recupera el equilibrio, echa a correr de nuevo en la oscuridad, hacia delante, sin ver hacia dónde va. El perro la persigue. Avanza amenazador, va ganando terreno. Gruñe y ladra enfurecido. Vanessa alcanza la valla. Hay una grieta en lo alto. Mete una mano, luego la otra, al final encuentra un apoyo para los pies. Derecho, izquierdo, arriba, pasa por encima de ella. Salta en la oscuridad, evitando por un pelo aquellos dientes blancos y afilados. El perro acaba contra la valla. Rebota con un golpe sordo. Empieza a correr de arriba abajo, ladrando, buscando inútilmente el modo de alcanzar a su presa. Vanessa se levanta de nuevo. Se ha golpeado las manos y las rodillas al caer hacia delante en la oscuridad. Se ha metido de lleno en algo caliente y blando. Es barro. Chorrea lentamente por su cazadora y sus pantalones vaqueros. Por las manos doloridas. Prueba a moverse. Tiene las piernas hundidas hasta las rodillas. El perro corre a lo lejos, de un lado a otro de la valla. Vanessa espera que no haya ninguna abertura. Lo oye ladrar, aún más enfurecido porque no consigue alcanzarla. Bueno, mejor el barro que sus dentelladas. Luego, repentinamente, un olor ácido, con un toque ligeramente dulce, penetra con fuerza por su nariz. Acerca su mano sucia a la cara. La olfatea. El campo parece envolverla por un instante, haciéndola suya. ¡Oh, no! ¡Estiércol! El intercambio ha dejado de ser tan conveniente.
Ash sale por la puerta del portal, la acompaña lentamente para que no se cierre. A continuación, coge las llaves del bolsillo, levanta la alfombrilla y las vuelve a colocar en el lugar establecido. Vanessa aún no ha llamado. Pero al menos así no tendrá que tocar el timbre para entrar. En ese preciso momento oye el ruido de un coche. Por la curva de la explanada asoma un Mercedes 200. Los padres de Vanessa. Ash deja caer la alfombrilla y corre hacia el portal. Deja que la puerta se cierre de golpe a sus espaldas. Sube corriendo, entra en casa y cierra la puerta.
—Stella, deprisa, tus padres han vuelto.
Stella está frente a la nevera, víctima del ataque de hambre que le suele entrar a las dos de la madrugada. Esta vez, sin embargo, tendrá que ayunar. Dieta obligatoria. Cierra la puerta de la nevera. Corre a su habitación y se encierra en ella. Ash entra en la habitación de Vanessa y se mete vestida en la cama. El corazón le late con fuerza. Escucha. Oye el ruido que hace la puerta metálica del garaje al bajar. Es cuestión de minutos. Luego, en la penumbra de la habitación, ve el uniforme sobre la silla. Vanessa lo ha preparado antes de salir. Contaba con volver enseguida. Qué meticulosa es, pobre Vanessa. Esta vez si que se ha metido en un buen lío. Si Ash supiera dónde está Vanessa, no se atrevería a hacer un chiste fácil. Esta vez si que se ha metido de lleno en la mierda, aunque sea de caballo.
Ash se tapa con las sábanas hasta la barbilla y se vuelve hacia la pared, mientras una llave gira haciendo ruido en la cerradura de la puerta de casa.
Alice, me debes de perdonar pero no sé dónde lo guarde.
Cuando lo encuentre lo pongo :)
Por cierto, como he estado de vacaciones y sin internet me he dedicado ha escribir todos los capitulos.
Asi que ya los tengo casi todos escritos, es decir, que publicare a diario y doble por día, tal véz.
Besos.
yuju!
ResponderEliminaras puesto lo ke te mande
pero nunca te veo conectada para almenos decirte ola XD
me encanto el capi
ness en el estiercol XD XD XD
eso sale en la peli
mola esa escena
espero ke si publikes mas a diario
y te pases por mi blog de adaptadas y me comentes porfis
bueno aora leo el otro
bye!